Día Mundial de la Televisión: el eco de las historias que nos acompañan
La televisión ha cambiado mil veces de rostro. Pasó de los muebles de madera con antena a las pantallas que caben en la palma de la mano. De los grandes eventos familiares a las historias que cada uno ve en soledad. Y aun así, algo sigue igual: la televisión continúa siendo un espejo de nuestras emociones. También informa, entretiene y conecta. Nos cuenta lo que ocurre en el mundo, nos da compañía cuando la casa está en silencio, y nos regala momentos que, sin darnos cuenta, se quedan grabados en la memoria colectiva. He crecido entre programas, informativos, series, concursos y películas. Todos, a su manera, formaron parte de mi educación emocional. A veces pienso que el cine me enseñó a soñar, pero la televisión me enseñó a mirar la vida . Como guionista y creadora, sigo creyendo que detrás de cada formato —un telediario, una serie o un programa de humor— hay algo que nos une: el deseo de contar historias . Historias que nos hagan sentir, entender, reír o recordar quiénes fuimos ...